MIGUEL

Miguel de 75 años sigue en shock y aun no puede entrar en su vivienda sin sentir ansiedad.
Aquel 29 de octubre, por la brutal rapidez con que se inundó su casa en Paiporta hasta los 2 m, no le dio tiempo a salir. Su sobrina nieta nos relata cómo Miguel le decía por teléfono que se estaba ahogando mientras se podía oír el agua amenazante; Miguel tuvo el reflejo de ponerse a flotar para poder sobrevivir; flotó durante más de 6 interminables horas hasta que bajó el nivel del agua y gracias a la luz de su móvil los vecinos de enfrente pudieron detectarlo y rescatarlo.
Elena

Elena tiene 77 años y vive en una casa con más de 200 años, en Picanya literalmente junto al barranco. El fatidico dia 29 de octubre el piso de arriba no fue suficiente para que Elena se refugiara ya que el agua alcanzó los 4’75 m. Ayudada por su hijo, Elena junto con varias vecinas de su calle, consiguieron acceder a traves de un gallinero al tejado de una casa colindante…y ahí pasaron la noche debatiendose entre el miedo y la incredulidad de lo que estaba pasando.
Paqui y Manolo

Paqui y Manolo tuvieron la suerte de no estar en casa el día de la riada. Pero al volver, se encontraron con todo el bajo completamente destrozado. Su bajo quedó completamente afectado y no pudieron salvar nada.
Ahora toca empezar desde cero. Necesitan nuestra ayuda para empezar de nuevo y poder reconstruir su casa. Nos piden una mano para salir adelante. ¿Te animas a ayudarles?
Paco

La fatídica tarde de la Dana, Paco se encontraba en su casa en Paiporta viendo tranquilamente la televisión, cuando de repente gritos en la calle le alertaron que se había desbordado el barranco. Como no logró entrar en el patio de escalera del edificio al cual pertenece su vivienda en el bajo, se acercó hasta la esquina, donde se refugió junto con la mujer de aquel bajo sobre el techo del coche dentro de la cochera; Paco recuerda emocionado que gracias a una nevera que se quedó atravesada en la puerta, el agua no consiguió arrastrar el coche hacia fuera y se salvaron de milagro.
MariÁngeles

Mariángeles tiene 60 años y está intentando salir adelante después de la riada.
La tarde del 29 fue a intentar poner a salvo su coche y le fue muy difícil regresar a casa entre la corriente de agua que empezaba a subir.
Ella vive en la parte de Albal que sí fue afectada y fue muy angustioso ver cómo los coches pasaban flotando a la altura de su ventana.
Vicenta y Vicente

Vicenta de 87 años y Vicente de 91, estaban en su piso de la planta baja cuando el agua irrumpió en su casa.
Los ayudaron a subir al segundo piso por las escaleras del patio y estuvieron refugiados hasta que la UME los llevó en brazos hasta el coche de su hija que vino a buscarlos desde Sagunto pero no podía llegar hasta ellos.
María y José

María y José son un matrimonio de 81 años. Nacidos en Paiporta y Alfafar respectivamente, mantenían una vida tranquila rodeados de su familia.
La fatídica noche en que la DANA cambió sus vidas, José estaba ingresado en el hospital, y María y su hijo Carlos volvían en el coche a Paiporta cuando encontraron el agua de frente. Tuvieron que esquivar la muerte en varias ocasiones esquivando con el coche el agua que se les venía encima, pero finalmente consiguieron ponerse a salvo.
Salvador

Salvador de 79 años de edad es viudo desde hace dos años. Padre de dos hijos y abuelo de 4 preciosos nietos, se le saltan las lágrimas todavía cuando recuerda a su mujer. La vida es muy dura, y cuando Salvador creía que iba remontando levemente la pérdida de su esposa, con su baile, su familia y sobre todo con sus nietos, le toca vivir una fatídica tragedia más.
Catalina

En este caso nuestra Catalina, de 84 años, enferma de Parkinson y asmática, vivió toda la tragedia dentro de su casa hasta que pudo salir y refugiarse en casa de unos vecinos. Aguantó estoicamente agarrada a una cama y con los pies en la pared hasta que la fuerza del agua disminuyó y le permitió acercarse a la puerta y salir mientras sus vecinos le gritaban preocupados.
Concepción y José

José está enfermo, ha sufrido infartos, edema pulmonar, hipertensión y diabetes. No puede trabajar pero aún no le han dado la discapacidad. Concepción también está enferma de los huesos. No tienen prácticamente ningún ingreso. Las hijas se están haciendo cargo de todo, pero tienen muy bajos ingresos.