ADOPTA UN MAYOR
SALVEMOS A NUESTROS MAYORES
La iniciativa...
Adopta un mayor. Un movimiento en el que uniremos a voluntarios con personas mayores que nos necesitan, mayores que necesitan volver cuanto antes a la normalidad tras la DANA. Cada voluntario podrá adoptar a un mayor, el cual se responsabilizará y se encargará de que llegue todo lo necesario de principio a fin. ¿En que nos puedes ayudar?
- Si conoces a una persona mayor que necesite ayuda, puedes inscribirla.
- Adoptando a un mayor y ayudarlo a comprar de forma directa todo aquello que necesite.
- Difundiendo esta campaña a todas las personas que conozcas.
NUESTROS MAYORES

ANA
Ana es una mujer de 69 años, viuda, que sobrevivió a la riada gracias a una pequeña puerta corredera que une su bajo con la casa de su hija en la primera planta.
Por allí pasó segundos antes de que el agua llegara a 2 metros de altura en su casa.
Luego de quitar el barro, los técnicos del ayuntamiento le dijeron que tenía que tirar todas las paredes interiores porque estaban muy dañadas. Así que se quedó con las del perímetro y las columnas.
Ya la hemos estado ayudando a picar la humedad para que las paredes vayan secando.

MARÍA Y ALFONSO
María y Alfonso estaban tranquilos en su casa cuando el agua irrumpió de golpe y los arrastró con fuerza. Con el agua al cuello, lograron cogerse de una reja hasta que la corriente calmara un poco. Sus vecinos de arriba los rescataron por el tejado haciendo un arnés con cinturones. Pero en uno de los intentos, María cayó al agua y tragó toda la porquería, lo que días después le produjo una infección en la boca y perdió los dientes de la parte inferior.
Con las ayudas costearon el dentista y siguieron con la casa.
Tienen la obra casi acabada pero necesitan ayuda para terminar de equipar la vivienda.

JOSÉ Y LEONOR
José de 80 años y Leonor de 76, vivían en su casa de 120 años. De techos altos y grandes puertas de madera robusta.
Afortunadamente, la riada no los pilló dentro de ella (minutos antes se habían ido con su hijo), pero ya no pudieron volver.

PAQUI
Paqui se encontraba en su casa cuando irrumpió el agua abriendo la puerta.
Se resguardó en el rellano de la escalera y quiso bajar para intentar cerrar la puerta pero fue en vano.
En apenas instantes, el agua le llegó por los hombros y volvió a subir las escaleras para observar cómo se anegaba su casa hasta los 2 metros de altura.

JUAN
Juan, de 75 años y de profesión tallista, nació en Paiporta, en la misma casa que ahora es inhabitable.
Aquella tarde debido al tiempo enrarecido, Juan decidió salir antes a merendar y esto lo salvó; cuando el agua empezó a engullir las calles de Paiporta, Juan pudo refugiarse en casa de su cuñada.
El agua se llevó el pasado 29 de octubre todos sus recuerdos, pertenencias y sus herramientas de tallista.

JOSE
ose tiene 77 años y vive en Horno de Alcedo, en una casa que desprende encanto. Su casa se ha convertido en su refugio y lugar de encuentro familiar.
Por suerte, el día de la riada Jose no estaba en casa. Sin seguro y seis meses después, enfrentarse a la reconstrucción no resulta fácil.
Aun así, Jose no ha perdido la ilusión.

MIGUEL
Miguel de 75 años sigue en shock y aun no puede entrar en su vivienda sin sentir ansiedad.
Aquel 29 de octubre, por la brutal rapidez con que se inundó su casa en Paiporta hasta los 2 m, no le dio tiempo a salir. Su sobrina nieta nos relata cómo Miguel le decía por teléfono que se estaba ahogando mientras se podía oír el agua amenazante; Miguel tuvo el reflejo de ponerse a flotar para poder sobrevivir; flotó durante más de 6 interminables horas hasta que bajó el nivel del agua y gracias a la luz de su móvil los vecinos de enfrente pudieron detectarlo y rescatarlo.

MIGUELA Y MARÍA
Miguela tiene 64 años y vive con María, su madre, que a sus 96 años necesita una rutina tranquila y estar en su casa dada su edad. El día de la riada, María tuvo la suerte de ser recogida a tiempo por una de sus hijas. Pero Miguela decidió quedarse un poco más, intentando salvar algunas cosas, sin imaginar lo que estaba por venir. Cuando quiso salir, la puerta ya no abría por la fuerza del agua.

Elena
Elena tiene 77 años y vive en una casa con más de 200 años, en Picanya literalmente junto al barranco. El fatidico dia 29 de octubre el piso de arriba no fue suficiente para que Elena se refugiara ya que el agua alcanzó los 4'75 m. Ayudada por su hijo, Elena junto con varias vecinas de su calle, consiguieron acceder a traves de un gallinero al tejado de una casa colindante...y ahí pasaron la noche debatiendose entre el miedo y la incredulidad de lo que estaba pasando.

Paqui y Manolo
Paqui y Manolo tuvieron la suerte de no estar en casa el día de la riada. Pero al volver, se encontraron con todo el bajo completamente destrozado. Su bajo quedó completamente afectado y no pudieron salvar nada.
Ahora toca empezar desde cero. Necesitan nuestra ayuda para empezar de nuevo y poder reconstruir su casa. Nos piden una mano para salir adelante. ¿Te animas a ayudarles?

Paco
La fatídica tarde de la Dana, Paco se encontraba en su casa en Paiporta viendo tranquilamente la televisión, cuando de repente gritos en la calle le alertaron que se había desbordado el barranco. Como no logró entrar en el patio de escalera del edificio al cual pertenece su vivienda en el bajo, se acercó hasta la esquina, donde se refugió junto con la mujer de aquel bajo sobre el techo del coche dentro de la cochera; Paco recuerda emocionado que gracias a una nevera que se quedó atravesada en la puerta, el agua no consiguió arrastrar el coche hacia fuera y se salvaron de milagro.

MariÁngeles
Mariángeles tiene 60 años y está intentando salir adelante después de la riada.
La tarde del 29 fue a intentar poner a salvo su coche y le fue muy difícil regresar a casa entre la corriente de agua que empezaba a subir.
Ella vive en la parte de Albal que sí fue afectada y fue muy angustioso ver cómo los coches pasaban flotando a la altura de su ventana.
EMPRESAS SOLIDARIAS COLABORADORAS:





