ADOPTA UN MAYOR

SALVEMOS A NUESTROS MAYORES

La iniciativa...

Adopta un mayor. Un movimiento en el que uniremos a voluntarios con personas mayores que nos necesitan, mayores que necesitan volver cuanto antes a la normalidad tras la DANA. Cada voluntario podrá adoptar a un mayor, el cual se responsabilizará y se encargará de que llegue todo lo necesario de principio a fin. ¿En que nos puedes ayudar?

  • Si conoces a una persona mayor que necesite ayuda, puedes inscribirla.
  • Adoptando a un mayor y ayudarlo a comprar de forma directa todo aquello que necesite.
  • Difundiendo esta campaña a todas las personas que conozcas.

NUESTROS MAYORES

Piedad y José son un matrimonio de jubilados que viven en Picanya y su casa fue inundada el pasado 29 de octubre, ya que se encuentra a pocos metros del barranco. En ese mismo día, José intentó salvar su coche (sin éxito alguno) y casi pierde la vida. José y Piedad todavía se emocionan al recordar ese fatídico día. 

Desde que pasó, no han parado de intentar arreglar su casa (todo el parking y la primera planta se inundó) y luchan contra el moho persistente que no para de salir por las paredes de su hogar. Actualmente tienen que cocinar en la terraza a la intemperie, ya que la cocina no dispone de electrodomésticos que les permita cocinar como antes. ¿Nos ayudas a que vuelvan reconstruir su hogar? 

JOSÉ Y PIEDAD

Antonio tiene 88 años y Rosa 66, su sobrina nos contactó a través de una amiga para que les ayudemos a quitar el alicatado y desescombrar porque lo estaban haciendo ellos solitos junto con su hijo. 

Necesitan manos solidarias que les devuelvan la esperanza de poder regresar a su casa junto a «superviviente» su perrito que se llama Dirk pero que se ganó ese título después de que lo encontraran agazapado subido a un mueble para sobrevivir. Ellos se salvaron gracias a que su hijo, que vive frente al barranco, vio que se desbordaba y enseguida les avisó para que se pusieran a salvo en la planta alta. Fueron 3 minutos vitales que han permitido que hoy estén aquí contándonos su historia y pidiénfonos ayuda. 

Nos ponemos manos a la obra y sacaremos adelante la casa de Antonio y Rosa. 

ANTONIO Y ROSA

Encarna es una abuela encantadora de 82 años con un gran sentido del humor y un corazón enorme que dedicó toda su vida a ayudar a quien lo necesitaba. La riada la encontró leyendo un libro en su casa de Aldaia. Vivía en un bajo debido a su movilidad reducida, pidió ayuda a su vecino para cruzar la calle y llegar al portal de otra finca para ponerse a salvo. 

Ahora vive en un piso donde está bien pero tiene estropeado el ascensor y, por sus problemas de movilidad, se le  dificulta mucho salir a la calle. Ella añora volver a su casa con sus cosas (que ya no están) y llora cada vez que entra y ve las condiciones en las que está su hogar. Le encanta leer, hacer sopa de letras y pintar mandalas con «colorines».  Vamos a hacer que vuelva a tener lo que la hacía feliz y sobretodo que pueda desplazarse sin peligro. 

ENCARNA

Este matrimonio de 79 y 89 años perdieron toda su estabilidad el día de la riada. Cuando les llegaba el agua por las rodillas, intentaron salvarse subiendo a la planta de arriba. En esta planta no tenían de nada, ni agua, ni luz, ni comida, a esto hay que sumar la mala movilidad de Vicente. 
Su nieto los acogió en una casa en la montaña pero la soledad y el frió les ha obligado a volver al pueblo.  

Actualmente han acomodado la planta de arriba gracias a las ayudas de voluntarios que les han conseguido unos mínimos para vivir, pero necesitan recuperar la parte baja por su comodidad. 

JULIA Y VICENTE

En casa de Máxima, mujer de 83 años viuda y con movilidad reducida, el agua superó el metro de altura. Por suerte no vivió sola la riada,ya que su hija fue a verla cuando empezaba a subir el agua. Juntas lograron salir y actualmente vive con ella.  La casa, poco a poco, se está reacondicionado gracias a la ayuda de voluntarios, pero aún queda mucho trabajo por delante hasta que Máxima vuelva a sentirse segura en su hogar. 

Recaudado

1000 €

MÁXIMA

Carmelo tiene 66 años y Mari Rosa 65.  El agua los sorprendió en el salón de su casa en Catarroja y, aunque intentaron colocar trapos para impedir que siguiese entrando, se dieron cuenta de que tenían que ponerse a salvo porque no iban a poder pararla. 20 segundos los separaron de la vida y la muerte. Los que tardaron en atravesar la casa hasta el corral y refugiarse en las escaleras. 

El agua reventó la puerta y el torrente irrumpió arrasándolo todo sin pedir permiso. Llegó hasta el techo a 3 metros de altura, hubiese sido imposible sobrevivir. Carmelo y Mari Rosa esperaron en esas escaleras hasta que el agua bajase pero su casa y su vida se habían ido con la riada. Ahora tienen que empezar desde cero a las puertas de su jubilación. No podemos dejarlos solos, nos necesitan. 

CARMELO

Soledad y José Luis son un matrimonio mayor que vivían con el padre de Soledad de 81.  Les avisaron que se estaba inundando Paiporta a penas unos minutos antes de que el agua llegara a su finca. Lograron poner a salvo a abuelo en el primer piso pero se dejaron las medicinas que eran vitales para el señor y cuando Soledad volvió a bajar a por ellas, el agua ya le llegaba a las rodillas.  

Pudo cogerlas junto con las medicaciones de ella y de su marido y el bolso con la documentación, gracias a que los jóvenes de la finca pusierony sostuvieron una chapa en la puerta para aguantar el torrente y darles tiempo a ponerse a salvo. Finalmente, no aguantaron más y la riada reventó la puerta. 

Soledad y José Luis están en el programa EVHA de viviendas de alquiler social y la entidad se encargó de reconstruirles el bajo. Hoy les han entregado las llaves pero ahora necesitan amueblarlo y equiparlo y desde ya mismo nos ponemos en marcha para lograrlo con vuestra ayuda. 

SOLEDAD Y JOSÉ LUIS

Dolores, una mujer de 71 años, ha tenido que abandonar su hogar en el barrio de Orba tras el devastador paso de la DANA. Su casa, donde vivía con su hijo y dos de sus nietos , quedó gravemente dañada. Aquella noche la recuerdan con miedo y valentía cuando agarraban a su nieto de 8 años entre su nieta mayor y ella para que no se lo llevara la fuerza del agua. «Creía que me moría», decía su nieto. Y así nos lo cuenta Carla, hija de Dolores, mientras visitamos la casa de su madre.

Una casa en la que solo quedan paredes mojadas y ventanas que cambiar. El barro y el agua lo arrasó todo. Ahora, Dolores y su familia se enfrentan a una situación difícil, reconstruir su casa sin seguro y así poder volver a empezar. Su hijo mayor ha asumido gran parte del trabajo de reconstrucción, pero es una tarea inmensa para alguien solo. Además de materiales, necesitan apoyo para avanzar con las reparaciones.

Este es un momento crítico para ellos y la ayuda de personas solidarias puede marcar la diferencia en su camino a la normalidad. Juntos podemos ayudar a Dolores y su familia a volver a casa.

Recaudado

1070 €

DOLORES

Victoria es una mujer de 80 años, viuda desde hace 21 años. Con mucho esfuerzo y desde unos orígenes humildes formaron una familia y sacaron adelante a su hija y su hijo, pudiendo hoy en día disfrutar de sus tres nietos, Andrea, Adrian y Manuel. También con perseverancia pudieron adquirir una pequeña vivienda en la planta baja de un edificio, pensando en poder vivir allí una vejez más cómoda.  

Aquel día de la barrancada Victoria se encontraba en su casa y gracias a la ayuda de un vecino que bajó para buscarla volvió a nacer. Pasó la noche en el tercer piso viendo como el agua anegaba toda la calle sin ser consciente en ese momento de que sus recuerdos también se los llevaría el agua ya que esta alcanzó 1,80 metros dentro de su hogar. Por la falta de cobertura de teléfono fueron horas de angustia para los hijos ya que aunque sabían que había podido ser rescatada de su casa, hasta cerca de la medianoche no pudieron saber de ella. 

Victoria siempre ha sido una mujer que se ha valido por si misma, pero ha quedado marcada por la pérdida de su hogar, sus recuerdos, su entorno familiar y ahora se encuentra con mucho menos ánimo y fuerzas y se ha vuelto dependiente y frágil. A ver si entre tod@s le podemos ayudar a recuperar un hogar, modesto pero apto para poder volver a vivir allí, y que pueda acostumbrarse al nuevo entorno, así como recuperar su salud emocional y su independencia.

VICTORIA

Juan y Amparo tienen 85 años, viven solos. Su hijo Juan nos cuenta la historia de aquel fatídico día: «Sin previo aviso tuvimos que subir a la parte de arriba y gracias que yo estaba allí pudimos subir a mi madre que tiene movilidad reducida a la cambra antigua. Entró 2’40 de agua y nos dejó literalmente con lo puesto.

Mis padres no tienen fuerzas ni tiempo real para levantar está casa de 200metros cuadrados. Toda una vida de esfuerzo para tener una jubilación tranquila y la vida se lo arrebató. Gracias a dios estamos todos. Esto es en resumen la historia. Yo pido para ellos ya que yo estoy de paso, pero debido a sus circunstancias y movilidad necesitan poder volver cuánto antes a su casa. Están cansados y desanimados, necesitan volver a su normalidad». ¿Le ayudamos entre todos a conseguirlo?

JUAN Y AMPARO

Cuando llegamos a hacer la visita inicial, encontramos a Feli con sus guantes quitando el barro que aún queda incrustado en las guías de la ventana. Nos contaron su historia, ellos también perdieron todo lo que tenían. Pudieron salir a tiempo por la puerta principal ya que las ventanas tienen rejas y hubiese sido imposible escapar por otro sitio.
Su yerno iba a buscarlos pero el agua lo sorprendió de frente en el coche y no llegó a ellos. Salieron como pudieron y giraron la esquina para refugiarse en el piso de su amiga.
Han recibido algo de ayudas y las destinarán para hacer la obra de reconstrucción de la casa pero no les va a llegar para todo.
Necesitan que los ayudemos con electrodomésticos para volver a equiparla y poder regresar a vivir allí.
Han pasado un infierno y necesitan empezar a ver la luz.

RAFA Y FELI

Vicente 81 y Paqui 77 es un matrimonio que la riada los encontró trabajando en su mercería de toda la vida en Catarroja. Y aún agradecen haber estado allí en ese momento ya que como el agua reventó las amplias puertas de la tienda pudieron salir y ser rescatados por su vecino. Dentro de la vivienda, que también es un bajo, el agua superó los 2 metros de altura en minutos y, si los hubiese sorprendido allí, no hubieran podido salir a tiempo.
Todo quedó arrasado, devastado, casa y trabajo. Toda una vida de sacrificio que, antes de lo sucedido, les permitía vivir tranquilos y trabajar de lo que les hacía feliz.
Vicente y Paqui, destinarán el dinero que les llegue del seguro y las ayudas a rehacer su casa desde cero porque no hay nada que se pueda salvar.
Vamos a ayudarlos a que poco a poco puedan equiparla con electrodomésticos.

VICENTE Y PAQUI

EMPRESAS SOLIDARIAS COLABORADORAS: