Miguel de 75 años sigue en shock y aun no puede entrar en su vivienda sin sentir ansiedad.  

Aquel 29 de octubre, por la brutal rapidez con que se inundó su casa en Paiporta hasta los 2 m, no le dio tiempo a salir. Su sobrina nieta nos relata cómo Miguel le decía por teléfono que se estaba ahogando mientras se podía oír el agua amenazante; Miguel tuvo el reflejo de ponerse a flotar para poder sobrevivir; flotó durante más de 6 interminables horas hasta que bajó el nivel del agua y gracias a la luz de su móvil los vecinos de enfrente pudieron detectarlo y rescatarlo. Desde entonces ha estado ingresado varias veces por neumonía y otras afecciones (Miguel sufre de Asma) debido al agua gélida.  

Miguel, originario de Valdepeñas, es soltero, pero tiene la ayuda de su familia. Sus sobrinos bisnietos han ayudado en la limpieza de la casa. Especialmente su sobrino bisnieto de tan solo 15 años demuestra desde la misma noche de los acontecimientos una increíble energía para ayudar, tanto en limpiar el rellano de la finca de su abuela donde se había podido refugiar como recorriendo los días después los puntos de distribución para recoger lo necesario para varios familiares afectados. El sobrino bisnieto ha sido el arranque de todo un proceso de recuperación de la casa, ya que por iniciativa propia empezó a rascar las paredes y ahora junto a su padre, quien también tenía su casa afectada y es profesional de la construcción, no dudó en ponerse  manos a la obra para ayudar a Miguel a recuperar la suya. 

Su sobrina nieta Mayte, que aquella noche venía hacia Paiporta con su madre, no pudo llegar hasta 4 días más tarde en coche, debido a la reducida movilidad de su madre, durmiendo las dos todo ese tiempo sobre cartones en el suelo de la tienda donde trabaja en Albal y sin noticias de sus hijos, ni su familia durante 3 días por la falta de cobertura.